El mindfulness nos enseña a entrenar la atención para ayudarla a expandirse, por lo que nuestra vida mejora a medida que lo practicamos.
El mindfulness es una práctica basada en la evidencia, y por tanto, despojada de elementos religiosos, pero, lo cierto es que su origen está relacionado con la meditación oriental, específicamente con la meditación budista, en el contexto de su doctrina y su sistema de creencias. En Occidente, el mindfulness ha supuesto un proceso de laicización de la práctica meditativa que ha permitido que cualquier persona, independientemente de su credo, pueda disfrutar de sus beneficios.
Para tener una visión panorámica de su desarrollo histórico y complejidad es preciso remontarse un poco en el tiempo. Jon Kabat-Zinn (Nueva York, 1944), fundador del mindfulness y creador del programa MBSR (Mindfulness-Based Stress Reduction) , indicado para personas como problemas de depresión, ansiedad y otras patologías psiquiátricas — REBAP (Reducción del Estrés Basada en la Atención Plena) —, desarrollado en la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts, indicado para personas con problemas de stress y emocionales.
En la actividad diaria de las personas es común que intentemos dar una respuesta empática a situaciones de dolor emocional asociadas a la enfermedad. El mindfulness puede ser una herramienta de utilidad.
La Introducción al mindfulness hunde sus raíces en la tradición budista oriental, cuya antigüedad se remonta a más de 2500 años. Se trata de una tradición no conceptual que requiere de la experimentación directa de la meditación y no de la explicación teórica de los fenómenos que tienen lugar durante su práctica. Por tanto, una de las características del mindfulness es la experimentación continua de lo que ocurre, cómo ocurre y cómo nos sentimos ante estos hechos que están ocurriendo. Esta práctica comprometida va adquiriendo forma gradualmente y reduciendo el sufrimiento de modo significativo, por lo que el mindfulness es un modo de experimentar individualmente qué pasa por la conciencia.
Con el objetivo de matizar varias ideas clave en el desarrollo del mindfulness, veamos a continuación algunas de las tradiciones históricas que se ocuparon de la atención plena como vía de autoconocimiento.
Cuando hablamos de mindfulness tenemos que referirnos obligatoriamente a antiguas prácticas orientales como el yoga y la meditación. Se trata de prácticas ancestrales, transmitidas de generación en generación, que se remontan a un pasado muy lejano. En la India, por ejemplo, se han encontrado imágenes de yoguis (maestros) en actitud meditativa con una antigüedad superior a los 5000 años. Se les ve sentados en pose de meditación o realizando diferentes asanas (posturas) de yoga. En Oriente, el yoga y la meditación han ido siempre de la mano, por lo que en su cosmovisión no hay división posible entre la práctica del yoga y el ejercicio simultáneo de la meditación. Conviene recordar, para ser más precisos, que el yoga es una práctica de tradición védica, es decir, que tiene su origen en los Vedas (literalmente, «conocimiento»), colección de libros sagrados escritos en sánscrito aproximadamente en el segundo milenio antes de nuestra era. Los cuatro textos que forman los Vedas contienen enseñanzas religiosas y litúrgicas previas al hinduismo. El yoga es un tipo de práctica que busca el equilibrio físico, mental y emocional a través de la meditación, la respiración y la realización armónica de los movimientos que componen las asanas. La palabra sánscrita «yoga» deriva del verbo yuj, que significa «unir, reunir o conectar». En definitiva, se trata de una técnica con la que se intenta entrenar el cuerpo y la mente para entrar en conexión con las esferas profundas de la psique. La vía de la meditación, más allá de la práctica del yoga, constituye uno de los pilares fundamentales de las grandes religiones de Oriente (figura 2). Y dada la antigüedad de los registros escritos encontrados en el subcontinente, se reconoce a la India como la cuna de la práctica meditativa. La tradición védica, que más adelante será retomada por el hinduismo y el budismo, recoge una serie de prácticas cuya finalidad es detener la agitación de la mente para alcanzar el equilibrio interior. Una de las técnicas de meditación más antiguas de la tradición hindú, el vipassana —cuyo significado es RECUERDA Mindfulness es un conjunto de técnicas, basadas en la evidencia científica, que se dirigen a entrenar la mente para que pueda estar serena y conectada con el momento presente. Esta técnica en particular está reconocida como el principal antecedente del mindfulness. Jon Kabat-Zinn, en su juventud, conoció esta práctica meditativa en la vertiente del zen coreano gracias a las enseñanzas del que fuera su maestro, Soen-sa Nim (1927-2004). Veamos a continuación, a grandes rasgos, los principales antecedentes del mindfulness a partir de la figura de Buda.
Entrenar la mente para alcanzar la liberación ha sido desde siempre un axioma de la filosofía oriental. Se trata de un principio no solo de liberación espiritual, sino también de salud psicológica y física a través del perfeccionamiento del carácter y del dominio de las emociones.
El mindfulness, por tanto, deriva de las enseñanzas de Oriente y, en concreto, de las de Siddharta Gautama (Buda), que según las fuentes históricas vivió hace unos 2600 años en Lumbini, un lugar cercano a la frontera de la India y que hoy pertenece a Nepal. Nacido en una familia de la nobleza, Buda gozó de la condición de príncipe, pero a los 28 años de edad, aproximadamente, renunció a sus privilegios y abandonó su hogar dejando atrás mujer, hijo y posición. Buda, según refieren las crónicas, fue en busca de la verdad —la medicina— que liberaría a los seres humanos de la enfermedad, la vejez y la muerte; es decir, que fue su vocación médica la que impulsó su búsqueda de la verdad. Así, Buda escuchó una llamada que lo exhortaba a encontrar una manera de aliviar el sufrimiento de los seres humanos, incluido el suyo propio. Durante siete u ocho años Buda se dedicó a aprender con diferentes maestros la forma de comprender la mente, lo que le llevaría a poder ordenar y experimentar la liberación del sufrimiento. Durante este periodo de aprendizaje retomó la antigua tradición hinduista de la meditación vipassana, definida como una RECUERDA .
Según la tradición védica, retomada por el hinduismo y posteriormente por el budismo, la autoobservación consciente es una vía para aquietar la mente y alcanzar el equilibrio interior. En Occidente se ha popularizado la práctica del yoga como una forma de ejercicio que ayuda al practicante a serenarse y a encontrar equilibrio físico y mental.
La practica del mindfulness permite al practicante tomar conciencia del momento presente a través de la autoobservación. Según esta corriente, el practicante debe observar, de forma desapegada y compasiva y sin hacer juicios de valor, lo que le sucede tanto a nivel físico —por ejemplo, el ritmo de la respiración o dónde están ubicadas las zonas de dolor o tensión — como a nivel emocional, sin prescindir de lo que ocurre en el exterior y cómo es captado a través de los sentidos.
Buda, tras varios años de práctica y aprendizaje, llegó por sí mismo a la conclusión de que el cuerpo y la mente no están constituidos por realidades, sino por ilusiones. Es decir, que son causas materiales que carecen de esencia por sí mismas, por lo que son modificables. De este modo, Buda se enfrentaba al paradigma de su época relacionado con la visión del cuerpo y de la mente, con la experiencia de la trascendencia y con la posibilidad de transformar radicalmente la existencia. Así, llegó a proponer un método para liberarse del sufrimiento que él mismo había experimentado tanto en su cuerpo como en su mente. Y el resultado de aplicar ese método es el profundo sentimiento de bienestar y la certeza de que la conciencia puede evolucionar hacia niveles superiores.
Algunos investigadores de nuestro tiempo consideran que Buda fue un pionero en el área de la investigación de la mente y concluyen que el método propuesto es claramente precientífico, en tanto que exige que el investigador lo experimente sin prejuicios y siguiendo unas técnicas concretas.
¿Cómo se manifiestan el cuerpo y la mente? ¿Qué es la conciencia? ¿Qué es la mente? ¿Qué rol desempeña la meditación en todo este entramado de presencia, conciencia y pensamiento?
Buda se hizo todas estas preguntas y una de las primeras conclusiones a las que llegó fue: si no estás presente, si no estás aquí y ahora, nada tiene sentido, " VIVIR EL PRESENTE CON INTENSIDAD" La principal enseñanza de Buda es tan sencilla como profunda: aconseja, simplemente, estar presente. Es decir, tener plena presencia en el momento que estamos viviendo.
Cada momento que vivimos tiene un potencial y ese potencial determinará no solo el presente, sino también nuestro futuro. Y, como ya sabemos, cada momento presente tiene unas causas, unas condiciones y unas consecuencias, por lo que la única manera de observar todo ese proceso es tener conciencia y participar en él de modo atento o intencional. Ser consciente de todo lo que estamos viviendo es tomar en serio el camino que nos aleja del sufrimiento y que nos conduce a la felicidad.
Buda ofrece un camino gradual al despertar de la mente consciente, lo que supone estar atento y despierto ante lo que pasa, ante cómo pasa y ante cómo nos sentimos cuando pasa. Ese profundo proceso de introspección que Buda descubrió tuvo grandes consecuencias no solo en su propia vida, sino que ha llegado hasta la psicoterapia contemplativa de nuestra época, pues revela cómo nuestra mente puede construir la experiencia y cómo puede reconstruir también la liberación de la misma. Sin embargo, y al tratarse de un proceso que resulta totalmente ajeno a nuestra cultura occidental, es conveniente considerarlo con calma y validarlo a través del conocimiento científico. En cualquier caso, lo que resulta más significativo para el tema que nos ocupa es que Buda descubre un proceso profundo de aproximación a la experiencia del sufrimiento sin necesidad de evitarla. Se trata de observar de forma consciente un recorrido en el que se alternan los flujos de pensamientos hasta dar lugar a emociones, percepciones y vivencias que conviven y se cruzan en nuestra mente.
Cada vez más el mindfulness se está implementando en nuestros centros de trabajo o socio-sanitarios. Profesiones como las de profesor, medico, enfermero, educador, técnico de geriatría, etc., son muy desgastantes emocionalmente, pudendo llevar a los profesionales a padecer el síndrome de Burnout, que es distinto al stress.
(La información contenida en este articulo está basada en el Manual de Mindfulness de Deusto Salud).
Os dejos con una meditación corta de mindfulness.
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